Cómo entré a México gracias al número de oro
El 9 noviembre 2018El 9 noviembre 2018
Artículo original : Comment je suis entré au Mexique grâce au nombre d’or Ver los comentarios
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Recientemente, en el control de pasaportes del aeropuerto de México, el operador de la aduana me preguntó qué venía a hacer al país...
— Vengo a una conferencia de matemáticas, respondí.
— Ah, ¡¿a usted le gustan las matemáticas?!
— Sí, yo soy matemático.
Entonces el controlador escribe algo sobre un papel, y luego me lo muestra. Yo veo escrito:

— No entiendo..., le digo.
— Tiene que decirme a qué es igual... piense en los números de Fibonacci...
En este momento, mi cara se ilumina. No por nada yo había publicado este año un artículo para todo público consagrado al número de oro. Completé entonces lo escrito en el papel así:

Fue la cara del controlador la que entonces se iluminó:
— Cierto, usted es matemático. ¡Bienvenido a México! Sabe, ¡a mí también me gustan las matemáticas!
Curiosa manera de verificar la veracidad de mi declaración. Si yo no hubiese escrito recientemente ese artículo consagrado a la proporción áurea, probablemente yo no habría sabido reconocer la notación ’’$\Phi$’’, la cual no uso habitualmente. ¿Tuve suerte? ¿Me hubiesen rehusado la entrada a México en caso de no adivinar? Yo creo más bien que me habrían dado una segunda oportunidad. ¿Me habría pedido el controlador escribir las primeras cifras decimales de $\pi$, o dibujar una banda de Möbius?
En todo caso, creo que es una aventura insólita. Así como encuentro insólito el cartel siguiente, que fotografié durante mi estadía en México (en la ciudad de Oaxaca):

¿En qué pensaba exactamente la persona que escribió ’’Las matemáticas son verdes. Los números nos muestran que tirar basura nos resta vida ’’?
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Para citar este artículo:
Andrés Navas — «Cómo entré a México gracias al número de oro» — Images des Mathématiques, CNRS, 2018
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